En estos tiempos, el Gobierno dispone medidas laborales “excepcionales”, como liberar fondos (CTS, AFP) para los trabajadores, permitir la suspensión perfecta de labores, subvencionar planillas, y aplazar los de pagos de impuestos para las Empresas; y todo esto provoca un interesante fenómeno sociológico.
Por un lado, existe la opinión de los “Pro trabajadores”, quienes reclaman que el Estado impone al Trabajador soportar la economía con SUS AHORROS, mientras condona y apoya a las grandes empresas. Por otra parte, los empresarios (CONFIEP), indistintos a su tamaño, sienten mermar sus ingresos; y pide un apoyo más fuerte, para no caer en crisis y cerrar. Esto último, siendo objetivos, son las fuentes de trabajo.
En esta “ley de la selva” provocado por la pandemia, donde solo lo más fuertes o “hábiles” sobreviven, se ve en su máximo esplendor la gran falta de comunicación, entre: organismos representantes de los trabajadores, grupo empresarial y el Estado. Siendo esta tripartita, el gran engranaje laboral de toda economía.
Algo sí es seguro: “Nada será igual”, y será así en casi todos los aspectos laborales, educativos y sociales. El reto como país, será que la tripartita, se adapte al Nuevo Orden.